10 libros que me han marcado (para bien y para mal)

Empezamos la semana con una entrada sobre los diez libros que me han marcado a lo largo de mi vida, tanto en un sentido positivo, como en otro negativo. Abundan más los primeros que los segundos, pero hay un poco de todo y seguro, seguro, que alguien difiere de mi opinión. Empecemos.

1. El ocho, de Katherine Neville.

Fue el primer libro tocho y de adultos que me leí. Iba a quinto de primaria (tenía unos… ¿diez años?) y empecé a leerlo gracias a que mi tía me vio insoportablemente aburrida. Me enganchó hasta tal punto que me lo llevaba al colegio, leía entre clases y el ocho hasta se convirtió en mi número favorito.
Me lo releí ya de más adulta, pero el efecto no fue el mismo. Intenté leerme otros de la autora e incluso su continuación, El fuego, pero ni me gustaron ni los he retenido mucho en mi memoria.

2. La boda de Leonor, de Mireille Calmel.

Me acuerdo que lo cogí prestado de la biblioteca y que me fascinó. Gracias a este libro empecé a interesarme por Francia, su lengua y su historia. ¡Si hasta hice una investigación por mi cuenta sobre Leonor de Aquitania!
Me lo compré hace ya un tiempo, pero me sigue esperando en la estantería. Sé que, al igual que pasó con El ocho, la sensación no será la misma. No tengo prisa por volver a leerlo, la verdad.

3. Memorias de Idhúnde Laura Gallego García.

Es curioso, pero fue mi madre la que se leyó este libro y me lo recomendó. No suele leer fantasía, y me sorprendió, pero se lo agradezco mucho. Me pilló justo cuando pasé del colegio al instituto, y me ayudó mucho en un cambio que suele ser difícil. También me releí la trilogía unos años después y mi percepción inicial cambió, pero siempre tendrán un lugar muy especial en mi corazoncito.
Aunque sé que no leerá esto, le agradezco a Laura que contestara la carta que le mandé por aquel entonces. También la tengo guardada con mucho cariño.

4. Harry Potter, de J.K. Rowling.

Fruto de un regalo, mi obsesión con Harry Potter empezó cuando J.K. Rowling ya había publicados los tres primeros libros. Tras leerme La pedra filosofal, en catalán, no pude parar. Me los prestaban, los pedía como regalo de cumpleaños o de navidad… Hasta que la misma tía que me dio El ocho me los regaló a medida que fueron saliendo.
Anécdota curiosa: cuando salió el quinto, me lo regaló durante el banquete de una boda a la que fuimos. Fui el bicho raro que se pasó media noche leyendo.

5. Hombres de armas, de Terry Pratchett.

Sabéis que adoro a Terry Pratchett, aunque todavía no haya leído toda su obra (no tengo prisa; quiero degustarla con tranquilidad). Hombres de armas no fue el primer libro que me leí de este autor británico, pues empecé por El color de la magia, pero sí que fue la novela del Mundodisco que me hizo darme cuenta de lo mucho que me gustaba. Que me enamoró, vamos. Hombres de armas está en mi top 5 del Mundodisco, y aunque las traducciones de Javier Calvo son estupendas, me muero por leérmelo este año en inglés.
Desde esta novela, Sam Vimes se convirtió en mi personaje literario favorito (lo siento, Sirius).

 6. Pirómides, de Terry Pratchett.

Sí, Pratchett contraataca, pero esta vez debo ponerlo bajo la etiqueta de «me marcó para mal». Fue una de las primeras obras que me leí de este autor y el único que no me ha gustado. Quiero darle otra oportunidad, porque seguro que se la merece.

7. Cumbres borrascosas, de Emily Brontë.

Si habéis leído la entrada sobre mi reconciliación con los libros que se consideran como clásicos, entenderéis por qué esta novela dejó una huella amarga en mí. Fue uno de los primeros clásicos que intenté leer, y se quedó en eso, en un intento. Al igual que con Pratchett, quiero darle otra oportunidad, pero será más adelante, cuando me haya leído algo de las otras Brontë.

8. Orgullo y prejuicio, de Jane Austen.

Aunque primero leí Madame Bovary, de Flaubert, fue Austen la que me animó a intentar leer obras de siglos anteriores. Ya han caído unas cuantas, como MujercitasLa vuelta del torno; y no serán las únicas. 

9. Norwegian Wood, de Haruki Murakami.

¿No os ha pasado alguna vez que os obligan a leer un libro en el instituto o en la universidad y se os atraviesa cual espada bien afilada? A mí me pasó con esta novela de Murakami. El tema no me llamaba la atención y, al verme obligada, me costó mucho leerlo. Que me gustara ya era misión imposible. Sé que este autor tiene más obras que podrían interesarme, pero volveré a leerlo a muy largo plazo.

10. Diez negritos, de Agatha Christie.

Mi tía lectora reaparece otra vez. Se empeñó en regalarme una colección de Agatha Christie, a la que nunca había leído. No he terminado de leer todas las obras, pero sí que me leí un puñado de ellas. Poirot me encanta, pero a miss Marple no conseguí comprenderla muy bien. Diez negritos, en particular, me encantó y me animó a leer cosas de Sherlock Holmes y de Poe.

Y hasta aquí, el balance de diez libros que me marcaron de una forma u otra. Espero que, dentro de unos años, la lista haya cambiado y sean diez completamente positivos. ¿Qué os ha parecido? ¿Qué libros os han marcado a lo largo de vuestra vida y por qué?

4 comentarios en “10 libros que me han marcado (para bien y para mal)”

  1. ¡Hola!
    Es una lista muy interesante. Yo también leí «El ocho» cuando tenía unos…once? años y me enganchó un montón. Luego empecé el fuego y no pude. Y luego leí «El círculo mágico» y es de los peores libros con los que me he encontrado.
    Este tipo de listas son muy subjetivas, depende de la edad, del momento en qué se lea, etc. Si es que ya se sabe. Yo de los «peores» diría el de Neville que te he comentado y el de «Desde mi cielo» (no pude, lo intenté pero se me atragantó de mala manera). He leído otros que no me han gustado pero tampoco me marcaron demasiado que digamos.
    Y en sentido positivo sin pensarlo diría «Orgullo y Prejuicio» que me inició en los clásicos debidamente. Este año leí «Matar a un ruiseñor» y me enamoré de Atticus Finch. Y también este año añadí a mi lista «Brooklyn Follies» de Auster 🙂
    Un beso ^^

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    1. ¡Hola!
      Justo hoy he visto «Brooklyn Follies» y me he acordado de ti 🙂 Creo que pronto pasará a formar parte de mi biblioteca.
      Tienes mucha razón en lo que dices. Las listas (sean de lo que sean) son muy personales y varían con los años y la experiencia. Así que espero que, en unos años, esta haya cambiado para bien.
      Un beso y felices lecturas,
      Carla

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  2. ¡Hola, Carla!
    Creo que a muchos de los que leimos El ocho y nos gustó, El fuego nos decepcionó. Al menos era la impresión que tenía hasta ahora y que habéis reforzado Mona Lisa y tú (y eso que yo El ocho me lo leí con unos diecisiete años).
    Otra curiosidad que me ha llamado la atención es el momento en el que Harry Potter apareció en nuestras vidas… ¡a mí también me regalaron el primer tomo cuando «solo» estaban publicados los tres primeros! Eso sí, en mi caso fue mi profesora de primero de primaria, un sol de mujer que me recordaba como ávida lectora en sus clases y a la que nunca podré agradecer suficiente el haberme descubierto este mundo. Aunque recuerdo que hasta el tercer intento no pude pasar del segundo capítulo de La piedra filosofal.

    Recuerdo ahora mismo varias lecturas que me marcaron mucho -y para bien- durante la adolescencia: ¿Quién es ella? de Jerry Spinelli, que me enseñó a apreciar los pequeños detalles que nos rodean; La compañía de las moscas, de César Mallorquí, en el que se narraban varias historias, entre ellas los problemas que llevaban a un joven a cometer un asesinato y, finalmente, la colección Titus Flaminius, de Jean-François Nahmias, que me hizo querer conocer mejor la antigüedad clásica.
    Alejándonos de la literatura juvenil, recuerdo cuando leí El perfume. Mi madre no quería, decía que era demasiado fuerte para la edad que tenía (quince o dieciséis, no lo recuerdo), pero en cuanto pude, lo cogí de la estantería y quedé impresionada por la narración.

    Para mal, ahora mismo me viene a la cabeza El mundo de Sofía, de Jostein Gaarder. Me lo recomendó mi profesor de literatura de cuarto de ESO como introducción a la filosofía y me lo leí el verano de antes de empezar Bachillerato. Se me hizo muy cuesta arriba y es que, además, la filosofía y yo nunca nos hemos llevado demasiado bien, aunque quizá una relectura me hiciese apreciarlo de otra forma.

    En todo caso, como bien has dicho, es algo personal y también está muy vinculado con el momento en el que nos llega el libro.

    Un abrazo,
    Sandra

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    1. ¡Hola, Sandra!
      Me ha resultado curioso lo que has dicho de Harry Potter. Yo no recuerdo que me costara leer el primero, pero eres la segunda persona en poco tiempo a la que le oigo decir eso. Es verdad que el principio es un poco extraño, pero (como bien hemos comprobado) mereció la pena.
      ¿Sabes que a mí me pasó una cosa parecida a tu historia con El perfume? Me cogí de la biblioteca Los crímenes de la calle Morgue, de Poe, y le comenté a mi madre que me estaba dando un poco de miedo. ¡Y va y lo devuelve! Hasta unos años después no pude saber el final.
      De los otros libros que dices, no he tenido la oportunidad de leerlos, aunque conozco a César Mallorquí por Los trece monos. Según tengo entendido, también son relatos, pero para un público más adulto.
      ¡Tenemos que vernos pronto! Esta semana estoy hasta arriba de cosas, pero luego te escribo.
      Un abrazo,
      Carla

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