La trilogía del Vatídico, de Robin Hobb

Edición de DeBolsillo
Traducción de Manuel de los Reyes

Sinopsis

La trilogía del Vatídico gira en torno a la figura de Traspié, bastardo de nacimiento y asesino de oficio. A lo largo de las tres novelas que la conforman, Robin Hobb nos cuenta la vida de este muchacho en los Seis Ducados desde su tierna infancia. En Aprendiz de asesino aprenderemos con él a hablar y a convivir en una sociedad de tintes medievales, donde pronto encontrará su lugar entre los establos del castillo real. Pero el destino ha querido que Traspié lleve también el nombre de la familia real, los Vatídico, y no tardará en comprender que los favores de su majestad tienen un precio: tendrá que convertirse en el asesino del rey.

Traspié crece y los Seis Ducados se enfrentan a un peligro cada vez más acuciante: los corsarios de la Vela Roja arrasan la costa, matando y forjando a todos los habitantes de los ducados. En Asesino real, Traspié pondrá todo su talento a las órdenes del rey Artimañas y de Veraz, su tío. Pronto se verá sumergido en una red de intrigas y traiciones políticas que harán tambalearse la ya precaria estabilidad de los Seis Ducados. Traspié ya no es un niño, y como tal deberá aceptar las consecuencias de sus actos y decisiones. Primeros amores, odios consolidados, hormonas por doquier… La adolescencia de la trilogía, vamos.

En La búsqueda del asesino, Traspié ya ha crecido, o más bien los infortunios lo han obligado a madurar. Emprenderá una búsqueda de algo que parece imposible de encontrar, pero el destino de los Seis Ducados está en sus manos. Al final habrá reencuentros, aventuras y… ¡una cosa muy chula que empieza por la letra d!

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Ilustración y portada de Marc Simonetti.

Reseña

Ahora viene la parte menos objetiva (y sin destripamientos) en la que justifico por qué al terminar cada volumen de la trilogía del Vatídico me quedaba media hora abrazándolo y tenía ganas de empezar el siguiente. Los he devorado en mes y medio, y el cariño que le he cogido a las novelas de Robin Hobb solo se ve superado por Harry Potter.

Aprovecho para felicitar a Manuel de los Reyes, cuya fantástica y curradísima traducción ha hecho que me sumerja de lleno en la historia, que aprenda palabras nuevas y que disfrute con todo lo que ahora os explico.

El tipo de historia y de narración

Ya desde el principio se puede ver que la historia está narrada en primera persona, pues el narrador es un Traspié adulto. Así, el lector solo estará al tanto de lo que Traspié sepa. A veces el protagonista es un poco corto de miras o está ofuscado por la rabia, y aunque se puede deducir claramente lo que está pasando, a él le cuesta lo suyo. Pero eso nos ocurre a todos en la vida real, ¿verdad? Hay momentos en los que tardamos siglos en darnos cuenta de algo mientras que otra gente ya lo había adivinado hacía eones.

Ahí radica parte del encanto de la trilogía del Vatídico. Es una historia real (o todo lo real que puede ser), la crónica de una vida. Aunque el punto de vista de Traspié a veces pueda parecer inmaduro e infantil, es lo que hay, porque así lo vivió y sintió él. En vez de fanfarronear como hace Kvothe, Traspié enfoca sus vivencias con perspectiva, reflexiona sobre ellas, adelanta acontecimientos u ofrece la explicación de por qué pasó algo en concreto antes de que el lector sepa de lo que está hablando. En ocasiones cuenta los hechos demasiado rápido, cuando a lo mejor debería detenerse un poco más y explicarlo con tranquilidad, o empieza a relatar cosas que parecen ser lo más aburrido de los Seis Ducados.

Con todos sus fallos y aciertos, amores y riñas, obtusismos y clarividencias, la voz de Traspié está cargada de energía, magia y personalidad. Ese modo tan peculiar de narrar la historia hace que el lector se sienta más cerca de los personajes, que sufra con ellos y que, como suele ocurrir, le grite a las páginas que por ahí no es, que eso es una trampa.

Los personajes

Ya he hablado un poco de Traspié, el protagonista de la historia, así que en este apartado quería resaltar la magnitud de los personajes secundarios de la trama. Para que os hagáis una idea, son un amor. ¿Cómo no querer a Veraz, a Burrich, a Chade, e incluso a Celeridad, que tan poco aparece? ¿Cómo no comprender a Molly cuando frunce el ceño? ¿O cómo no sonreír cuando Chade dice «muchacho»? ¿Cómo no sufrir con Veraz y con Ketricken por su pueblo? ¿Cómo no amar incondicionalmente al bufón?

El caso es que a veces me dan ganas de zarandear a Traspié para que espabile, pero entonces llega uno de estos fantásticos secundarios y lo hace por mí. O viene uno de los malos y le da un rapapolvo y, por regla general, madura un poco.

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Ilustración y portada de Marc Simonetti.
El sistema de magia

No os esperéis magia a chorros como la de Sanderson. Aquí la magia es sutil y extremadamente difícil de dominar. Y la hay de dos tipos:

♦  La Habilidad solo está al alcance de unos pocos descendientes de los Vatídico. En tiempos antiguos, se formaban camarillas de personas que la dominaban para apoyar con su energía al rey en batalla. Pero en la época de Traspié, esta magia ha caído un poco en desuso y solo cuatro gatos pueden usarla bien.
La persona que controla la Habilidad se comunica mentalmente con otras, o incluso les imbuye pensamientos sin que se den cuenta. Sin embargo, el habilidoso siempre se siente tentado de dejarse llevar por el río de Habilidad y acabar perdido para siempre entre sus corrientes.

♦  La Maña está más extendida, aunque en secreto. Esta forma de magia, que permite establecer un lazo con un animal, está perseguida por la sociedad de los Seis Ducados. Aun entre sus practicantes, hay que ir con cuidado a la hora de usarla y hay ciertas reglas que determinan su buen uso. Reconocer públicamente que uno es mañoso solo puede acarrear la muerte en el patíbulo.

Y Traspié, cómo no, puede hacer ambas cosas. Pero no todo es tan bonito como pueda pintarlo yo aquí. Ya veréis, ya.

La cuestión es que este sistema de magia, a pesar de ser muy sencillo, da mucho juego. No basta con aprenderte unas palabras mágicas o ingerir metales; aquí tienes que saber dominar tu propia mente y no dejarte llevar por la tentación. Y eso no es nada fácil.

Esos finales tan…

¡No, tranquilos! No hay spoilers en esta sección, pero si no queréis saber ninguna opinión sobre el final, no sigáis leyendo.

Esos finales tan… perfectos. ¿Quién dice que para que un final sea perfecto, la historia tenga que acabar con un «y comieron perdices»? En ocasiones las lombrices son mejor. Puede que solo sea yo, pero el caso es que hace tiempo que me estoy volviendo muy tiquismiquis con los finales. No quiero un final bonito, quiero uno que sea lógico. Y eso Hobb lo hace extremadamente bien.

Quizás la única pega que tenga sea sobre cómo ha relacionado el final del primer tomo con el principio del segundo, más que nada porque nos lo vuelve a contar todo otra vez. Supongo que, al tratarse de la primera novela que publicó esta autora, no estaba segura de si publicaría más, así que cerró Aprendiz de asesino de forma casi autoconclusiva. Al darse la suerte de que sí que iba a ver más de sus historias en papel, reemprendió la historia por donde quería seguir contándola. Pero esto solo son suposiciones, vete tú a saber qué pasó exactamente.

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Ilustración y portada de Marc Simonetti.

En definitiva, la trilogía del Vatídico ha sido de 10. En mes y medio me he leído sus más de 1 500 páginas y siempre me quedaba con ganas de devorar muchas más. Sus personajes, las intrigas políticas, los giros argumentales, los finales tan redondos… De Robin Hobb, no hay duda, seguiré leyendo más,  pues no ha tardado en convertirse en una de mis autoras de referencia.

13 comentarios en “La trilogía del Vatídico, de Robin Hobb”

  1. ¡Hola!
    Aún no he leído nada de Robin Hobb y cada vez le tengo más ganas, la verdad. Me gusta que vayamos conociendo la historia a través del protagonista. También me parece un punto muy positivo que los personajes secundarios sean tan buenos. Y me gusta mucho que los finales sean tan perfectos.
    Con ganas de leer esta trilogía y descubrir a la autora.
    Un beso

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  2. ¡Hola! Ojalá disfrute tanto como tú de esta trilogía. Mis expectativas son altas, pero me entra miedo porque he leído que se pone por momentos muy aburrida, como has dicho tú, o eso que has nombrado de la obviedad del asunto y el prota sin enterarse…
    Sin duda, ¡en algún momento de mi vida! (porque siempre estoy queriéndomela leer pero nunca me pongo), le daré una oportunidad y cruzaré los dedos para que me enamore.
    Un besito,
    E.

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    1. Sí, hay momentos y momentos, y hay un Traspié por medio que no deja de tropezar… Pero así es la vida. Yo lo veo como una especie de Kvothe pero menos épico, más real y humano, que va con la verdad por delante.
      Y cosas buenas hay un montón. Me han encantado las intrigas políticas, los secundarios, la ambientación, el tipo de magia y sí, los errores que cometen los personajes, porque aquí no hay nadie perfecto.
      Espero con ganas a que lo leas y compartas qué te ha parecido. ¡Nos leemos!

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  3. Hola 🙂 Esta es una de mis asignaturas pendientes, la señorita Hobb, en la que mayormente todos coincidís en sus virtudes y defectos, Me atrae mucho ese narrador en primera persona, yo es algo que normalmente disfruto mucho (como es en el caso de Kvothe por ejemplo). El sistema de magia, el mundo y los personajes me llaman, ¿ a qué espero? te preguntarás, pues a bajar la eterna pila de pendientes acumulada y a comprármelo XD Un besin^^

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