De cómo Fantascy publicó Dodger, del Maestro,
y míster Manu Viciano la tradujo a la lengua de Cervantes
Terry Pratchett define su novela como «Esto es una fantasía histórica, y desde luego no una novela histórica». Ambientada en el primer tercio del reinado de la reina Victoria, en Perillán no hay magia. El Mundodisco queda, por tanto, a millones de años luz. ¡Pero que no cunda el pánico! Perillán destila Pratchett por todos los poros de sus páginas.
Estamos en Londres (un Londres de verdad, de piedra y humo), los perros no hablan, no hay magos orondos en ninguna universidad ni brujas montadas precariamente en escobas. Pero sí que nos encontramos con un protagonista carismático, secundarios de buen ver (psicológicamente hablando), calles llenas de personalidad (y de pobreza y suciedad) y aventuras muy educadas. Y todo ello regado con una buena dosis de historia londinense que harán las delicias de quien esté interesado en este aspecto del país británico.
Antes de empezar la reseña per se, me gustaría recomendar encarecidamente a todo buen lector que pase por estas estrellas fabulantes que acompañe la lectura de Perillán con otra de un autor de nuestra tierra: Historias de Londres, de Enric González. El lector descubrirá partes de la historia victoriana que aparecen en Perillán y, como conocimientos adicionales que nunca vienen mal, verá su relación con aspectos del Londres actual. En mi caso, leí ambas obras a la vez por casualidad; la recopilación de relatos biográficos de Enric González me ayudó a entender más el contexto en el que se mueve Perillán: los periódicos de Fleet Street, el alcantarilleo, el príncipe Alberto, Mayhew…
Había algunas luces artificiales, aunque no demasiadas, al precio que estaban las velas. Esas eran las galaxias de Londres: alguna estrella despistada y de vez en cuando un candil en una ventana, desperdiciando parte de su sebo en la ingrata calle. Cuando se veía una vela en la ventana a aquella hora de la noche, significaba que algún pobre desgraciado acababa de morir o que otro pobre desgraciado acababa de nacer.
Perillán, página 209
A lo que vamos: Perillán es un muchacho avispado, de esos que se han criado en la calle (pero en la calle de las barriadas de Londres, donde o espabilas, o desapareces Támesis abajo) y en las alcantarillas (lugar altamente recomendable para los turistas, dónde va a parar). Todo el mundo conoce al bueno de Perillán y todo el mundo sabe que Perillán es de los suyos, de los que ni traiciona ni defrauda. Se puede contar con él si se tienen un par de favores a mano. Pero un buen día de tormenta, Perillán se ve envuelto en un feo asunto: en plena calle, un par de matones persiguen a una muchacha, y Perillán saca todo su honor de pillastre para salvarla de ese par de rufianes.
A partir de ahí Perillán conoce a Charlie Dickens, Henry Mayhew, Sweeney Todd y… a muchos personajes de la época muy ilustres, pero para eso tendréis que leer hasta el final. Porque yo no voy a hablaros del argumento, sino de lo genial que, pese a mis reparos, me ha parecido esta obra.
Desde el principio me costó llevar un buen ritmo de lectura con Perillán. Ya me pasó con otra obra de Pratchett, Nación, que… bueno, ahí está, con el marcapáginas señalando la misma página desde hace meses. En ocasiones me resulta rarísimo leer obras de Pratchett que no estén ambientadas en el Mundodisco, pues parece que Pratchett abandona todo lo que caracteriza a esta gran saga (como la novela coral o esos personajes secundarios memorables) y se decanta por otros elementos más convencionales. Pero Perillán tiene un algo que es maravilloso y que, después de empecinarme en leer y leer, creo que ya he descubierto: el Mundodisco traspasa fronteras, galaxias y tortugas y queda reflejado en Perillán.
No solo en esa ciudad enorme, llena de pillastres, suciedad, gente de bien y de mal… Ankh-Morpock siempre ha sido así, y siempre he creído que estaba basada en Londres (eruditos de Pratchett, ¿alguien lo confirma o refuta?), sino también en los personajes. Una sombra de Vimes por aquí, un poco de Yaya por allá… Las escenas más genialísimas son aquellas en las que Perillán se hace pasar por una vieja que a mí me recuerda muy mucho a una mezcla de Yaya y Tata.
Y es que Perillán es mucho Perillán. Y Solomon es mucho Solomon. Y aunque sí que hay personajes secundarios muy grandes (como Charlie o la señorita Ángela), para mí no alcanzan la profundidad de otros habitantes del Disco. Quizás esto solo sea cosa mía; opiniones discordantes, venid a mí. Lo mismo me pasa con la trama en general, pues me parece que le ha faltado un poco de acción e intensidad hacia el final (¿a quién no le gusta una buena persecución?) y un trote un poco más ágil desde la mitad.
Pero como bien he dicho, Perillán es Pratchett en esencia pura. Abundan las críticas mordaces, las frases elaboradas llenas de risotadas, ese ritmo de sin prisa pero sin pausa que te va sumergiendo en la historia, hasta que llega un punto en el que te das cuenta de que has caído de lleno en la alcantarilla y Perillán te ha encandilado perdidamente.
—¿Yo estoy oprimido?
—¿Tú? No de ningún modo que puedas percibir, amigo mío, ni tampoco oprimes a los demás, que es un buen estado en el que hallarse, pero yo en tu lugar no pensaría demasiado en política, que solo trae enfermedades.
Perillán, página 230
Perillán, para mí y en definitiva, es una novela de siete y medio, recomendable para cualquier amante de Pratchett que quiera probar algo suyo diferente, sin que perder su esencia de vista. Recomendable para quien quiera ver una labor de traducción bien hecha aun cuando el original seguro que se las traía. Recomendable para quien sienta una fascinación desmesurada por Londres, por su historia, por sus calles grises y sus gentes educadas entre las cuales, de vez en cuando, se puede distinguir el correteo veloz de un perillán.
Yo me muero por leerlo! Y por ver cómo imaginaba a Dickens nuestro Pratchett 🙂
Hace mucho que no leo nada de este autor fuera del Mundodisco y se que se me va a hacer raro, espero que me enganche pero sea como sea disfrutaré porque es Londres, es la época victoriana y es Pratchett, yo no puedo pedir más 🙂
Un bsote!!!
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Si vas buscando Londres, y más ese Londres, te encantará, porque la pluma de Pratchett lo refleja a la perfección. No te diré nada más sobre Dickens; dejo que lo descubras tú misma próximamente. Ya me dirás si te animas ^_^
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No veas lo que me ha alegrado leer esta reseña. Por lo general me encuentro con gente a la que no le ha gustado mucho y me extraña porque suele ser gente que está muy metida en Mundodisco y, como bien dices, Perillán no dista mucho y tiene tooooda la esencia de Pratchett. Hay muchos raros por el mundo xDDD
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Puedo decir que no está en mi Top 5 de novelas de Pratchett, pero gustarme me ha gustado un rato. Ya no le tendré tanto miedo a salirme del Mundodisco.
Me alegro que te haya gustado la reseña. ¡Nos leemos! ^_^
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Ankh-Morpock es Londres, confirmamos, tan solo por el Ankh yo lo tengo claro XD Pues es de los primeros libros de Pratchett que me llamo la atención, eso de visitar Londres victoriano y con esos personajes ilustres que hacen aparición, pues yo se que no será lo mejor, pero es Pratchett, me lo voy a pasar bien fijo. Un besin^^
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Te lo pasarás pipa, 100 % asegurado ^^
Además, que le acabas cogiendo cariño a ese Londres real y a sus personajes. No lo he dicho, pero hay una historia de amor (algo raro, porque que yo recuerde en el Mundodisco las hay contadas y no del tipo romanticoide). Aun así, no se hace empalagosa ni nada, pues Pratchett la cuenta a su manera.
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[…] Historias de Londres, de Enric González y Perillán, de Terry Pratchett. Aquí explico las ventajas de leer estos dos libros a la […]
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[…] un gato callejero bastante perillán, también se ha transformado y junto con las ratas emprende una aventura… en forma de estafa. […]
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