Garras y colmillos

Jo Walton
Traducción de Marta García Martínez
Factoría de ideas, 2005

Garras y colmillos es una novela victoriana escrita en 2004. Si leéis la dedicatoria que ha escrito la autora en las primeras páginas, veréis que en ellas expresa su voluntad de escribir una novela como las que se escribían en Inglaterra durante el reinado de la reina Victoria, y que se caracterizaban por una serie de valores que en esta novela serán innatos en los seres que la protagonizan: dragones.

Los valores de la época victoriana humana, por así decirlo, venían dados por la diferencia entre tener más o menos dinero, o pertenecer a una clase social u otra. En Garras y colmillos las diferencias no solo son sociales, sino también fisiológicas: los nobles son más grandes que los plebeyos porque pueden comer un tipo determinado de carne que solo ellos se pueden permitir. Además, a los sirvientes se les atan las alas para que no huyan volando del yugo de su amo. Por ejemplo, en la novela tenemos el caso de un macho noble que llega a medir 18 metros, mientras que una sirvienta hembra que le dobla la edad apenas alcanza los 2 metros.

Es inevitable resaltar el papel de la mujer en este tipo de sociedad. Si alguien ha leído a Jane Austen, sabrá a  lo que me refiero. Aunque Jane Austen no es victoriana, está claro que Jo Walton se ha inspirado en ella: críticas constantes a la inferioridad de la mujer, a su incapacidad de no poder poseer tierra o dinero propio, a la continua protección y supervisión de un macho, etc. Sin embargo, en las obras victorianas o austenianas, esto se quedaba en lo que eran, críticas mordaces; en Garras y colmillos son algo más, y se llega incluso a plantear un posible cambio social. Aunque la novela no da para tanto, pues solo tiene 330 páginas, sí que vemos un cambio importante en el pensamiento de las dragonas y en cómo estas se lo hacen saber a los dragones machos:

Somos compañeros, eso es lo que le dije a mi padre. Eso es lo que querría ahora, no ser una esposa que es como un objeto, algo que te pertenece. Quiero seguir siendo tu compañera, tomar mis propias decisiones.

Otro elemento típico de la novela victoriana es la diferencia entre el campo y la ciudad. En el campo es donde viven los nobles la mayor parte del tiempo, pues allí tienen tierras y súbditos. A la ciudad solo van durante la temporada en la que se presentan en sociedad a nuevos dragones en edad de merecer y la vida cultural cobra vida. Sin embargo, el resto del tiempo la ciudad recibe mala fama, porque allí es donde van los dragones que se dedican al comercio o los que están sin recursos que han caído en desgracia y están buscando nuevas oportunidades de ganarse la vida.

En este mundo plagado de dragones hay unos elementos bastante curiosos. Buena muestra de ello es que han inventado el ferrocarril, un medio de transporte bastante utilizado por los dragones que no pueden volar (a saber: sacerdotes, criados o dragoncitos a los que aún no les han salido las alas). Pero resulta que estos seres, que pueden echar fuego por sus fauces, también han inventado el papel. Y yo me digo… ¿en serio? Pues sí. Hay una escena en la que un dragón está leyendo una carta, se enfada y hale, adiós, carta. Y todos sabemos que los dragones no llevan ropa, ¿verdad? ¡Pues aquí sí! No mucha, pero toda la atención fashionista se centra en una sola prenda: los sombreros que cada dragón, según su estatus social, ha de ponerse. Con lo poco prácticos que son los sombreros a la hora de volar…

Hasta aquí, todo es muy victoriano y humano. Se echa en falta, quizás, un estilo más elaborado, pues la autora no intenta imitar en ningún momento el de las obras en las que se inspira. Y digo «humano» porque podemos llegar a olvidar que estamos hablando de dragones, seres enormes con alas, escamas y que son radicalmente distintos a nosotros.

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Y ahí es cuando Walton lo hace bien. En esa sociedad tan educada y clasista existe un elemento que nos horroriza a nosotros como humanos: el canibalismo.

La carne especial que comen los nobles y de la que he hablado antes es ni más ni menos que carne de dragón. En esta sociedad, comerse los unos a los otros está bien visto, pues la carne de dragón tiene beneficios notables para aquellos que la comen: creces, te haces más fuerte e incluso más valiente. Sin embargo, eso no quiere decir que se maten entre ellos indiscriminadamente (aunque puede pasar, según parece). Las muertes están más o menos controladas. Por ejemplo: cuando un progenitor muere, lega su cuerpo a su descendencia para que tengan más fuerzas, y en el ejército son los compañeros soldados los que se comen a los caídos en combate.

Además, los nobles pueden hacer matanzas selectivas entre sus súbditos y coger aquellos que consideren que no hacen ningún bien a la raza, como el dragoncito más débil de una nidada. Pero siempre hay gente que se aprovecha de sus privilegios. En Garras y colmillos se da el caso de un dragón noble (y por ende, muy fuerte y grande) que abusa de estas matanzas selectivas: a lo mejor coge dos dragoncitos recién nacidos en vez de uno, o no se espera a que un dragón viejo muera de viejo. Ahí es cuando empieza a surgir cierta conciencia social en una de las dragonas, elemento que se va propagando entre los miembros de la familia Agornin.

Os habréis dado cuenta de que apenas he hablado de la trama, y es que Garras y colmillos me ha maravillado por su ambientación y la sociedad en la que viven los personajes. La trama no podría ser más victoriana: un problema con la herencia, hermanas con poca dote que buscan marido, hermano sacerdote muy preocupado moralmente, otro hermano con una reputación dudosa en la ciudad… De hecho, hay tantas confesiones y pedidas de matrimonio que hasta el narrador llega a perder la cuenta.

Ha sido mi primera incursión en la narrativa de Jo Walton y sin duda me haré con su Entre extraños, de la que he oído críticas muy dispares. Mientras tanto, ¿qué opináis vosotros? ¿Habéis leído Garras y colmillos o alguna otra novela de Jo Walton?

9 comentarios en “Garras y colmillos”

  1. ¡Hola! Me parecía un libro dulce hasta que hablaste de canibalismo XD. Parece que tiene muy buena ambientación, pero esperaré a leer un poco más de las obras victorianas para ponerme con este libro. Aún así, gracias por la reseña. ¡Un saludo!

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    1. Sí, precisamente lo de comerse los unos a los otros es el contrapunto a esa sociedad tan estricta. Yo no soy experta en novelas victorianas, pero este libro ayuda a identificar los elementos de aquellas (pocas xD) que he leído.
      Nos leemos 🙂

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  2. Tengo «Entre extraños» pendiente desde hace bastante tiempo pero ahora me has dado mucha curiosidad por este xD Me llama la atención todo lo que has contado sobre cómo habla de la sociedad y el canibalismo (aunque la parte de matar dragones no me gusta -_- xD) Me lo apunto a la lista de pendientes ^^

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    1. Uy, pues ya me dirás qué tal «Entre extraños», porque seguro que no se parece en nada a este. A mí me ha gustado ese equilibrio entre una sociedad muy estrecha de miras y algo tan fuerte como el canibalismo. Causa un efecto muy, muy interesante.
      Ya dirás si te animas ^^

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  3. Me ha encantado la reseña *.* Parece un libro genial, y además cortito. Lo de los sombreros tampoco acaba de convencerme mucho, pero es curioso cómo ha «adaptado» las costumbres victorianas a los dragones. Y el canibalismo me parece un buen contrapunto. Gracias por avisarme de que ya la habías publicado. Sin duda me lo apunto. Besos ^^

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  4. Ayyyy me muero por leerlo, yo soy de esas personas a las que Entre extraños fascinó, aunque es una novela muuuuy rara que no puede llegar a todo el mundo.
    Esta espero que me guste mucho, adoro los dragones y las novelas de Austen ¿Qué puede fallar? xDDD
    Bsote!

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  5. Hola 🙂 Nunca he leído nada de Jo Walton pero Entre extraños desde que vi alguna reseña por ahí esta en mi lista de pendientes. Pues aunque la trama parece bastante típica como bien dices, esa ambientación que describes me ha llamado tanto la atención que se va a la lista de cabeza. Y bueno, hay dragones, claro XD Un besin^^

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  6. ¡Hola!
    Siempre que lo veo en la biblioteca me apetece cogerlo, pero luego nunca me animo. Me atrae mucho el tema de que los protagonistas sean dragones, no he leído nada del estilo. Y también me atrae que se trate así el tema de la mujer.
    Me ha parecido muy curioso lo de que han inventado el papel y el ferrocarril, y también lo de que usen sombreros.
    A ver si en una de mis próximas visitas a la biblioteca me animo y lo cojo. También tengo muchas ganas de leer Entre extraños, a ver que te parece.
    Un beso

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