Octavia Butler: réquiem por la humanidad

Entrada enmarcada dentro del proyecto Adopta una autora.

En 2016 descubrí a una autora que se convertiría de inmediato en una de mis escritoras favoritas de todas las épocas: la norteamericana Octavia Estelle Butler. Desde que leí la trilogía Xenogénesis (la única disponible en español, más un par de relatos sueltos aquí y allá), Octavia no quiere irse de mi mente ni de mi corazón. La he recomendado tanto por las redes sociales que he perdido la cuenta de los lectores que han rebuscado por internet o por librerías polvorientas esos volúmenes que son tan caros de ver. A vosotros: gracias por leerla.

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Octavia Butler: la mujer afroamericana que escribía ciencia ficción. No sabemos qué fue antes, si la escritora o la mujer. Que ella recuerde, escribía ya de bien pequeña, incluso antes de saber que la gente de su condición no hacía esas cosas. Pero ¿qué le importaba a ella si lo que el cuerpo le pedía era escribir y soñaba con ver sus obras en los primeros puestos de todas las listas de ventas?

Before anybody told her that black girls do not grow up to write about futuristic worlds, Butler, the daughter of a shoeshine man and a maid, was already fashioning a place for herself in a white-dominated universe.
— Jocelyn Y. Stewart

Pero os estoy confundiendo. Esto no pretende ser una remembranza biográfica de esta desconocida para el gran público español. Eso ya llegará, cuando el tiempo tenga la amabilidad de permitir que me documente como Cthulhu manda. Mi intención es ampliar un poco lo que ya comenté en su día en la reseña que escribí sobre Amanecer, el primer volumen de la trilogía Xenogénesis, y recabar vuestra opinión. Pero antes pongámonos en situación.

El planeta Tierra estaba hecho una mierda, casi como lo está ahora. Los humanos, en su afán de destruirse entre ellos, se llevaron por el camino lo poco que quedaba de belleza en la superficie terrestre. Si no te mataban las bombas, lo hacía el hambre o las condiciones climatológicas. De ahí que gran parte  de la gente huyera del hemisferio norte, más «civilizado», y buscara refugio al sur de nuestro planeta. Esos fueron los listos, los que acabaron siendo rescatados por una raza muy maja y tentaculada que responden al nombre de oankali.

(Como ninguna imagen de internet se ajusta a lo que yo imaginaba y soy negada para eso de dibujar, os pido que imaginéis a los oankali como algo lleno de tentáculos, muy parecido una mezcla entre estos dos bichejos).

Los oankali habrían llegado antes de no ser porque nuestra actitud les confundía. ¿Qué pretendíamos con tanta destrucción, un suicidio colectivo? «¡Qué disparate es ese?», me diréis. Pero aquí una servidora cree que planetas hay muchos y formas de vida, aun más. Los oankali, en la imaginación hecha palabra de Octavia, lo han visto por ellos mismos. Es más, su raza resulta ser una mezcla genética de casi todo bicho viviente que han encontrado a lo largo y ancho del universo.

Así pues, los oankali han salvado a unos pocos humanos y los han conservado bien frescos durante unos siglos, para reparar la Tierra y dejárnosla como nueva. Además, han reforzado nuestro sistema inmunológico, nos enseñarán a vivir en plena naturaleza, nos curarán todas las enfermedades (sin colas en el médico ni dolor)  y cuidarán de nosotros.

Una ganga, ¿verdad? Pero claro, no lo van a hacer gratis. A cambio de todo lo citado arriba, los oankali quieren mezclar su ADN con el nuestro, porque así funcionan ellos: la diversidad genética es la razón de ser de esta raza que cada pocas generaciones cambia de aspecto y va adquiriendo nuevas facultades según con quien se encuentre. De nosotros, los humanos, han podido analizar el cáncer y usarlo de forma que sea más fácil para ellos regenerarse. En un futuro esperan poder aplicar esta recién adquirida capacidad de forma que puedan adaptar su aspecto a las exigencias del entorno.

Ahora bien, la reacción de los seres humanos no es de alegría y alborozo. ¿Cómo vamos a mezclarnos con estos bichos feos que nos han rescatado sin que nosotros se lo pidiéramos? ¿Cómo osan involucrarse en nuestros problemas, si no es asunto suyo? ¿Cómo esperan que dejemos de ser humanos y nos convirtamos en… algo parecido a ellos?

Y aquí yo me pregunto: ¿qué es lo que tanto preciamos de nosotros como seres humanos que nos impide desprendernos de ello? ¿Es nuestro cuerpo? ¿Nuestra capacidad de razonar? ¿El libre albedrío? ¿La planta de los pies? Todo eso lo seguiremos teniendo cuando creemos una nueva raza con los oankali. Entonces ¿por qué tanto rechazo?

No quiero desvelar mucho más de la novela, pero sí que me encantaría que, a partir de lo que hoy os he explicado, eligierais una de las siguientes opciones, que son las que se plantean en la trilogía Xenogénesis a los humanos que han sobrevivido a su propio apocalipsis. Y si alguien tiene la fórmula de lo que hace humano a un ser, que me la diga, porque yo sigo buscándola hasta debajo de las piedras.

OPCIÓN A: Oankali
Aceptas las condiciones de los oankali y disfrutas de una nueva vida en tu planeta sin dolor, enfermedades, hambre ni guerra. A cambio, tendrás muchos hijos que serán mitad humanos y mitad oankali. En general tienen apariencia humana (les salen tentáculos en la pubertad), pero con capacidades aumentadas gracias a la ingeniería genética aplicada por los oankali.

OPCIÓN B: Marte
Te niegas a aceptar las condiciones de los oankali. Se te presenta la oportunidad de ir a Marte a vivir una nueva vida, con hijos humanos y vecinos también humanos. Ahora bien, en Marte las condiciones son mucho más duras que en la Tierra. No hay atmósfera, sino una cúpula que aún no cubre todo el planeta. Los oankali se niegan a intervenir: hay enfermedades y la tecnología es escasa.

No hay una respuesta mejor que la otra, pero sí diferentes caminos que pueden desembocar en consecuencias más o menos beneficiosas para la humanidad. En la trilogía, cada cual elige su opción según su forma de entender la situación. ¿Cuál sería tu elección?

15 comentarios en “Octavia Butler: réquiem por la humanidad”

  1. Esa Carla como mola se merece una ola!
    Como te gusta crear #hype eh???? ayyy mi pequeña traficante/camella jijijii
    Bueno, que sepas que ya he comenzado a buscar esta trilogía porque con esta carta de presentación, donde hasta nos das opciones para elegir mundo, es imposible no caer en la tentación! y además está en español, algo que agradezco porque me impone mucho leer en inglés (sólo he leído relatos, y ensayo…la novela, son palabras mayores aunque con Margaret ya puedo hacer el ánimo xD)
    Enhorabuena por tu autora adoptada, promete ser de las que dejan huella!
    Feliz comienzo de proyecto!!! 😀
    Un besoteee!!

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  2. Pues depende: ¿la comuna anarquista se monta en la Tierra/Oankali o en Marte? 😉
    En cualquier caso, las ganas de leer algo de Octavia Butler ya las tengo refrescadas.
    A ver si no pasa del próximo #LeoAutoras…

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  3. Si es que estos libros son un ansia. No se pueden parar de leer, así se te estén deshaciendo lo ojos del cansancio xDDD
    Mi respuesta está más que clara, vamos, aquí me iba a quedar yo teniendo a Ninkaj xDDD

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  4. Que ganas tengo de leer a esta autora desde que la descubrí gracias a ti. Y con esta entrada dejas aún más alto el hype. Qué maldad…
    Voy a empezar a buscar desde ya haber si hay suerte.
    Me quedo esperando con ansias tu siguiente entrada. Besos.

    P.D. opción A, por supuesto.

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  5. ¡Hola!
    Desde que hablaste por primera vez de la autora estuve en su búsqueda. Busqué en la biblioteca, misión fallida, y por las tiendas de segunda mano de mi ciudad, peor aún. Seguiré buscando, no tiraré la toalla y espero poder disfrutar de su trilogía en algún momento.
    Sinceramente, me parece muy complicado de escoger una opción, y más aún sin leer la trilogía. Tengo mis dudas pero creo que me quedaría con la opción A, no solo por mi sino por el futuro de mis descendientes, considero que tendrían una vida mejor en el mundo de los Oankali.
    Un beso

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  6. Quizás habría que aclarar que elegir a los Oankali implica cambiar totalmente la concepción del amor, la pareja y la familia. Además de la promiscuidad interespecies, debemos aceptar unos bordes desdibujados y más bien incestuosos entre parientes, una dependencia emocional con manifestaciones físicamente doloras, y una sexualidad extraña, que no se queda en lo meramente genital y que es terriblemente magnética. El de Xenogénesis es un mundo amoroso raro y fascinante que nos permite reexaminar también nuestra propia vida amorosa.

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  7. ¡Hola!
    Por fin me he pasado por aquí. Me ha parecido muy interesante todo lo que comentas. Sobre todo el hecho de que nos cueste tanto desprendernos de algo (no sabemos bien qué) que creemos que nos hace humanos. También las dos salidas que planteas. Así leídas, yo diría que me mezclaría con los bichitos 😉 Pero vete tú a saber. Igual en la situación no es lo mismo…

    Espero poder encontrar estos libros y leerlos porque me has dado mucho hype por aquí y por twitter.

    Un beso!

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